La Catedral de La Plata fue escenario de una sentida despedida de autoridades y vecinos al Papa Francisco

La Catedral de la Inmaculada Concepción fue el epicentro de una emotiva ceremonia encabezada por el arzobispo Gustavo Carrara. Funcionarios, vecinos y referentes institucionales participaron del homenaje póstumo al sumo pontífice.

La ciudad de La Plata se sumó al luto global por el fallecimiento del papa Francisco con una conmovedora misa celebrada este lunes en la Catedral de la Inmaculada Concepción.

La ceremonia, encabezada por el arzobispo Gustavo Carrara, reunió a autoridades provinciales y locales, entre ellas el gobernador Axel Kicillof y el intendente Julio Alak, así como a cientos de fieles que acudieron para despedir al primer papa argentino y latinoamericano de la historia.

"La ciudad está conmovida", expresó Alak durante la ceremonia. "Es un día de enorme tristeza por la pérdida de un líder espiritual que luchó incansablemente por la justicia social y la paz en el mundo". En esa misma línea, Kicillof remarcó que "Francisco fue una voz transformadora, valiente y universal, cuya obra deja una huella imborrable en quienes creemos en un mundo más justo".

Durante la celebración religiosa, que se desarrolló en un clima de recogimiento, se recordó la figura del pontífice como símbolo de humildad, compromiso con los más pobres y tenaz defensor de la dignidad humana. Representantes de distintas instituciones platenses participaron activamente, sumándose al homenaje con palabras, ofrendas y gestos de respeto.

El jefe comunal platense también manifestó su pesar a través de las redes sociales, donde destacó la entrega del Papa a lo largo de su vida: "Siempre al servicio de los humildes, de la paz y la fraternidad. Nos deja su palabra firme y su corazón generoso".

En paralelo, la Municipalidad de La Plata decretó una semana de duelo oficial, siguiendo las disposiciones del presidente Javier Milei y el gobernador Kicillof. Durante este período, no se realizarán actos festivos ni celebraciones oficiales, y las banderas permanecerán izadas a media asta en todos los edificios públicos.

Aunque no habrá suspensión de actividades administrativas ni laborales, la ciudad entera acompaña el dolor global por la pérdida de un pontífice que marcó una época, y cuya huella permanecerá viva en la historia y el corazón del pueblo.