Tras ser llamada “traidora”, Villarruel desafía a Milei por el ajuste: “El jubilado no puede esperar”

Luego de que Javier Milei la acusara de “traidora” por la aprobación del aumento a jubilados, la vicepresidenta Victoria Villarruel defendió su postura y criticó los gastos del Ejecutivo. “Que recorte en viajes y en la SIDE”, dijo. La disputa deja al descubierto la creciente fractura en la cúpula del oficialismo.

El enfrentamiento entre Javier Milei y su vicepresidenta, Victoria Villarruel, llegó a un nuevo pico de tensión luego de que el Senado aprobara el aumento a las jubilaciones con apoyo opositor y sin el respaldo del oficialismo. La iniciativa, convertida en ley por la Cámara Alta, generó la furia del Presidente, quien no dudó en calificar a su compañera de fórmula como “traidora”.

Villarruel, lejos de retroceder, salió al cruce en redes sociales. En respuesta a una usuaria que le recriminó haber dañado el equilibrio fiscal, la vicepresidenta fue contundente: “Si hay equilibrio, entonces asistir a los más desprotegidos no debiera ser tan terrible. El tema es que un jubilado no puede esperar y una discapacitada, menos. Que ahorre en viajes y en la SIDE y listo”.

La reacción presidencial no se hizo esperar. Durante un acto ante empresarios en la Bolsa de Comercio, Milei lanzó: “Hemos hecho 2500 reformas estructurales con apenas 15% de la Cámara de Diputados, siete senadores, una traidora, pero con el mejor jefe de Gabinete de la historia, Guillermo Francos".

Lejos de calmar las aguas, Villarruel también ironizó en Instagram sobre el rol que podría haber ocupado Karina Milei o la diputada Lilia Lemoine: “No sé por qué no puso a la hermana o a la ‘Limones’, que a ustedes les gusta tanto”, respondió a otro seguidor que le cuestionó su lealtad al Ejecutivo.

El trasfondo del conflicto es la aprobación en el Senado de una ley que incrementa las jubilaciones en un 7,2%, eleva a $110.000 el bono mensual para quienes cobran la mínima y extiende por dos años la moratoria previsional. La ley, además, detalla fuentes de financiamiento que incluyen la eliminación de exenciones impositivas a ciertos sectores empresariales y recortes en partidas asignadas por DNU a la ex SIDE (actual Agencia Federal de Inteligencia).

Pese al rechazo del Ejecutivo, la iniciativa recibió amplio respaldo legislativo y ahora se anticipa que Milei ejercerá su poder de veto. Sin embargo, si ambas cámaras logran los dos tercios, el Congreso podrá ratificar la ley y convertirla en vigente incluso por encima del rechazo presidencial.

Según la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), el costo estimado del bono adicional rondaría los 1,5 billones de pesos anuales, lo que representa aproximadamente un 0,3% del PBI. Aunque la Casa Rosada considera inviable este gasto, la oposición y sectores del oficialismo sostienen que el ajuste no puede recaer exclusivamente sobre los más vulnerables.

La fractura entre Milei y Villarruel evidencia el creciente desgaste en la alianza que los llevó al poder, con un Presidente cada vez más aislado y una Vicepresidenta que comienza a marcar diferencias claras, en un contexto de alta sensibilidad social y fuerte presión sobre el Congreso.