Israel mató a 7 integrantes de una ONG que reparte comida en Gaza

Se trata de tres palestinos, un británico, un polaco, un australiano y un estadounidense-canadiense que viajaban en un convoy claramente identificado como parte de World Central Kitchen (WCK).

El Ejército de Israel bombardeó deliberadamente un convoy de una ONG humanitaria que llevaba ayuda a Gaza y mató a siete de sus voluntarios. El hecho desató el repudio internacional de varios países que ya habían pedido el alto el fuego en ese conflicto. Hasta Benjamín Netanyahu debió pronunciarse al respecto, aunque calificó al hecho como “una desgracia”.

Las víctimas se desempeñaban en la organización World Central Kitchen (WCK) y eran parte de un equipo humanitario formado por tres palestinos, un británico, un polaco, un australiano y un ciudadano con doble nacionalidad estadounidense-canadiense.

La encargada de determinar las responsabilidades será el Mecanismo de Investigación y Evaluación de Hechos, un organismo independiente del Ejército de Israel.

La palabra de Netanyahu

En tanto, Netanyahu ensayó unas disculpas públicas. "Por desgracia, en el último día hubo un caso trágico en el que nuestras fuerzas alcanzaron de forma no intencionada a gente inocente en la Franja de Gaza", dijo y aseguró que el suceso será investigado de forma exhaustiva.

No obstante, defendió al Ejército al sostener que ese tipo de cosas "suceden en la guerra", y aseguró que su país hará "todo lo posible para que no vuelva a suceder" algo similar.

Se suspende la ayuda humanitaria en Gaza

La ONG estadounidense víctima de la matanza suspenderá sus operaciones en Gaza. "El equipo de WCK viajaba en una zona desescalada en dos vehículos blindados con el logo", precisó un comunicado de la organización que el pasado 15 de marzo en la llegada a Gaza de 200 toneladas de alimento y agua, al inaugurar un corredor marítimo a bordo del barco del Open Arms.

Después del ataque de hoy, varios barcos con ayuda humanitaria internacional para Gaza pusieron rumbo de vuelta. Antes del ataque se había logrado desembarcar unas 100 de las 400 toneladas que transportaba esta segunda misión del corredor marítimo de ayuda a Gaza, que partió el sábado pasado de Chipre.

El repudio internacional

El Gobierno del Reino Unido expresó su profunda preocupación por el hecho y recordó que “ya instamos a Israel a hacer más para proteger a los civiles y permitir que la ayuda humanitaria llegue a Gaza".

"Si una de las organizaciones benéficas que trabajan sobre el terreno ha suspendido sus operaciones, es profundamente preocupante", apuntó la ministra de Educación, Gillian Keegan, a la BBC.

Otro de los gobiernos que se pronunció fue el Australia, cuyo primer ministro, Anthony Albanese, que calificó al hecho como “completamente inaceptable” y pidió que Israel "rinda cuentas" por la muerte de una trabajadora humanitaria australiana.

Por su parte, el canciller de Polonia, Radoslaw Sikorski, también le pidió explicaciones a Tel Aviv y añadió que su país "no aprueba que no se respete el derecho internacional humanitario y no se proteja a los civiles".

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se expresó “horrorizado” por lo ocurrido y exigió que se aclaren las circunstancias del ataque. Bélgica también puso el grito en el cielo y subrayó que "incluso en tiempos de guerra, hay reglas".

China sumó su repudio y expresó que se opone "a cualquier acto que perjudique a los civiles, dañe las instalaciones civiles y viole el derecho internacional". Además, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, pidió una investigación.